Lo que la Masonería comunica al Mundo
Ningún movimiento es tan incomprendido como lo es el movimiento liberal masónico. Ninguno tuvo tantos buenos hombres y excelentes mujeres tan determinantes en la política y el hacer mundial. Desde el principio de su fundación en 1717 hasta el día de hoy para el mundo es algo que atiende a lo más secreto y poderoso, en los grandes días de la fundación de Norteamérica hasta, en los días dolorosos de la persecución durante el franquismo en España, en los días acometidos de la guerra de Reforma en México, así hasta en el día siniestro en que se advierte división entre hermanos, la masonería, no se inmuta ni de sus éxitos ni de sus fracasos, porque la masonería no vive de ellos, esta por encima del Bien y del mal.- La mística India tiene los Ascetas que se esconden en las florestas para vencer el cuerpo y sumergir el espíritu en lo infinito y eterno; la China tiene sus filosofías, los Sabios milenarios, plácidos ancianos que enseñaban una moral cívica tanto a los campesinos y a los emperadores; la Antigua Grecia, los Filósofos, que a la sombra de los Templos fabricaban sistemas filosóficos armoniosos o mil trampas dialécticas; La Milenaria Roma, tuvo los Legistas, que escribían leyes para los pueblos y para los siglos por venir las reglas de la más elevada justicia a que pueda alcanzar quien dirige y posee la verdad; la Edad Media, origino sus Predicadores, que se afanaron en sacudir el cristianismo aletargado, con el recuerdo de la Pasión de Cristo, un cielo prometido y el terror del Infierno. La Masonería de hoy tiene a sus iluminados masones. El Francmasón no hace de adivino en los antros de circo ni, esta sentado en las carpas de las ferias, ni arroja improperios amenazantes y palabras necias de su boca. Pero el masón si habla de lo Futuro, y advierte al mundo de los peligros del Clero y del fanatismo religioso, pero no solamente de lo futuro habla el Masón, habla de que la historia registra ya en el pasado hechos violetos producidos por la necedad del Clero Católico. Revela las cosas que no han sucedido todavía, pero da alarma, mas recuerda también lo pasado. El tiempo es claro en los tres momentos: descifra los secretos del pasado, donde el clero atentó contra las libertades de los pueblos, el masón ilumina lo presente, y da ultimátum con lo futuro que vendrá, sin no se da marcha atrás en lo que el Clero pretende. El Francmasón es una fuerte voz que habla o una mano que escribe sin titubeos. Una voz que habla en los foros, sobre las escaleras del Templo masónico y en las plazas de las capitales. Es una voz que rechaza que el clero se entrometa en asuntos del Estado. Su corazón de masón se deshace en la aflicción, su boca está llena de amargura al ver como el Clero avanza para dominar al Estado, el brazo del Masón se levanta para mostrar el castigo que la Iglesia Católica impondrá al pueblo aún libre ; el Masón sufre por su pueblo, algunas veces lo llena de advertencias porque lo ama, le anuncia los riesgos para que se despierte y, más allá de las amenazas del Clero y del desmantelamiento del estado Laico , señala la necesidad de Cambio, el triunfo del pueblo y la felicidad para todos, el reinado del liberal nuevo orden mundial que ahora más que nunca es necesario. El Masón hace que los fanatizados en ideas políticas dudosas vuelvan de nuevo al verdadero sentido Liberal Juarista; la masonería recuerda a los traidores sus juramentos masónicos, a los faltos de amor fraternal la caridad masónica, a los corrompidos la necesidad de pureza, a los feroces la mansedumbre, a los injustos la justicia, a los rebeldes la obediencia masónica. El masón es filósofo; le importan las cosas del mundo para mejorarlo; es luz para el mundo, pero sin que nadie lo sepa, el masón No es sacerdote, porque no ha sido proclamado en el Templo religioso; el no es político, porque no manda, ni quiere mandar, sólo tiene por espada la palabra para hacerse escuchar; no es soldado, pero está siempre pronto para morir por su ideal libertario y por su pueblo. El masón es una voz que habla en nombre de la razón, una mano que escribe bajo el dictado de la Verdad; es obrero albañil mandado por Dios a concluir su magna obra divina, recuerda a quien se ha olvidado de la Alianza con La Gran Luz, a quien es descuidado en la guardia. Es el secretario, el intérprete, y el enviado del Gran Arquitecto del Universo; es, por consiguiente, un digno albañil de la Gran Obra Alquímica, que trasmutara este mundo en un lugar mejorado. El masón advierte que el sacerdote que no comprende a Dios cuando éste pretende interferir en cosas del Estado, advierte al filósofo que niega a Dios, advierte al pueblo que ha dejado a Dios para correr fanáticamente en pos de los ídolos del cine, de la televisión, o del deporte. El Masón es aquel que ve iluminadamente, con el corazón turbado pero límpido el ojo, el mal que reina hoy por las ciudades, el castigo que vendrá mañana si las cosas no se corrigen, el reinado feliz que vendrá cuando la humanidad retome el Orden. El Masón es la voz de quien no puede bien hablar, la mano de quien no sabe bien escribir, el liberal defensor del pueblo vejado por el embaucador izquierdista, el abogado de los pobres, el justiciero del humilde que llora bajo los pies del poderoso tirano socialista. No está nunca en el masón en favor de quien tiraniza sino de quien está oprimido; no va aliado con los hartos y los avaros, pero sí con los hambrientos y los miserables. Voz del Masón es a menudo molesta, voz importuna e intempestiva; odiado por los grandes tiranos, mal visto por la chusma desinformada, no siempre comprendido ni aun por los propios masones mal formados. El masón es visto por los fanáticos religiosos como una hiena hambrienta atraída por hedor de las carroñas, como un negro cuervo que grazna siempre el mismo motivo, como un lobo que aúlla de hambre en un negro bosque, para muchos timoratos religiosos y hombres de ciencia mal informados el francmasón recorre los senderos de lo oculto llevando a la zaga la sospecha y la maldición. Solamente los pobres y los oprimidos por la tiranía lo bendicen; pero los pobres son débiles y los oprimidos no saben más que escucharlo en silencio. Como todos los que turban el sueño de los que duermen y alteran la vil tranquilidad de los políticos y religiosos embaucadores, el masón es apartado como un monstruoso reptil y señalado como un enemigo. Los reyes del mundo apenas lo toleran, los sacerdotes lo hostilizan con descalificaciones desde el pulpito, los socialistas lo detestan. El Masón es un acusador, pero los hombres no se confiesan culpables; es un intercesor, pero los ciegos no quieren que el Iluminado les tienda la mano; es un mensajero de la Verdad, pero los sordos no oyen; es un libertador, pero los esclavos moribundos putrefactos gozan de sus grilletes y rehúsan el ser salvados por el liberal. Y, sin embargo, la palabra de los francmasones será un eterno testimonio en favor de este pueblo que los condena, sí, pero que también es capaz de llamar al Libertador cuando este es requerido, pero pasará como con el Libertador el Excelentísimo Francmasón Simón Bolívar que murió olvidado y traicionado, luego sus restos mortales fueron mancillados y deshonrados por un Nefasto Dictador Socialista, al cual no tardó en caer sobre su cabeza esa pesada sombra de una maldición que terminó matándolo , así, la muerte de un masón, que es mucho más que todos los masones, bastará para expiación de los delitos de todos los otros opresores que hociquean el mal oliente cieno del Pantano. Asi, Lo que la Masonería comunica al mundo es la Libertad. Vicente Alcoseri
Ningún movimiento es tan incomprendido como lo es el movimiento liberal masónico. Ninguno tuvo tantos buenos hombres y excelentes mujeres tan determinantes en la política y el hacer mundial. Desde el principio de su fundación en 1717 hasta el día de hoy para el mundo es algo que atiende a lo más secreto y poderoso, en los grandes días de la fundación de Norteamérica hasta, en los días dolorosos de la persecución durante el franquismo en España, en los días acometidos de la guerra de Reforma en México, así hasta en el día siniestro en que se advierte división entre hermanos, la masonería, no se inmuta ni de sus éxitos ni de sus fracasos, porque la masonería no vive de ellos, esta por encima del Bien y del mal.- La mística India tiene los Ascetas que se esconden en las florestas para vencer el cuerpo y sumergir el espíritu en lo infinito y eterno; la China tiene sus filosofías, los Sabios milenarios, plácidos ancianos que enseñaban una moral cívica tanto a los campesinos y a los emperadores; la Antigua Grecia, los Filósofos, que a la sombra de los Templos fabricaban sistemas filosóficos armoniosos o mil trampas dialécticas; La Milenaria Roma, tuvo los Legistas, que escribían leyes para los pueblos y para los siglos por venir las reglas de la más elevada justicia a que pueda alcanzar quien dirige y posee la verdad; la Edad Media, origino sus Predicadores, que se afanaron en sacudir el cristianismo aletargado, con el recuerdo de la Pasión de Cristo, un cielo prometido y el terror del Infierno. La Masonería de hoy tiene a sus iluminados masones. El Francmasón no hace de adivino en los antros de circo ni, esta sentado en las carpas de las ferias, ni arroja improperios amenazantes y palabras necias de su boca. Pero el masón si habla de lo Futuro, y advierte al mundo de los peligros del Clero y del fanatismo religioso, pero no solamente de lo futuro habla el Masón, habla de que la historia registra ya en el pasado hechos violetos producidos por la necedad del Clero Católico. Revela las cosas que no han sucedido todavía, pero da alarma, mas recuerda también lo pasado. El tiempo es claro en los tres momentos: descifra los secretos del pasado, donde el clero atentó contra las libertades de los pueblos, el masón ilumina lo presente, y da ultimátum con lo futuro que vendrá, sin no se da marcha atrás en lo que el Clero pretende. El Francmasón es una fuerte voz que habla o una mano que escribe sin titubeos. Una voz que habla en los foros, sobre las escaleras del Templo masónico y en las plazas de las capitales. Es una voz que rechaza que el clero se entrometa en asuntos del Estado. Su corazón de masón se deshace en la aflicción, su boca está llena de amargura al ver como el Clero avanza para dominar al Estado, el brazo del Masón se levanta para mostrar el castigo que la Iglesia Católica impondrá al pueblo aún libre ; el Masón sufre por su pueblo, algunas veces lo llena de advertencias porque lo ama, le anuncia los riesgos para que se despierte y, más allá de las amenazas del Clero y del desmantelamiento del estado Laico , señala la necesidad de Cambio, el triunfo del pueblo y la felicidad para todos, el reinado del liberal nuevo orden mundial que ahora más que nunca es necesario. El Masón hace que los fanatizados en ideas políticas dudosas vuelvan de nuevo al verdadero sentido Liberal Juarista; la masonería recuerda a los traidores sus juramentos masónicos, a los faltos de amor fraternal la caridad masónica, a los corrompidos la necesidad de pureza, a los feroces la mansedumbre, a los injustos la justicia, a los rebeldes la obediencia masónica. El masón es filósofo; le importan las cosas del mundo para mejorarlo; es luz para el mundo, pero sin que nadie lo sepa, el masón No es sacerdote, porque no ha sido proclamado en el Templo religioso; el no es político, porque no manda, ni quiere mandar, sólo tiene por espada la palabra para hacerse escuchar; no es soldado, pero está siempre pronto para morir por su ideal libertario y por su pueblo. El masón es una voz que habla en nombre de la razón, una mano que escribe bajo el dictado de la Verdad; es obrero albañil mandado por Dios a concluir su magna obra divina, recuerda a quien se ha olvidado de la Alianza con La Gran Luz, a quien es descuidado en la guardia. Es el secretario, el intérprete, y el enviado del Gran Arquitecto del Universo; es, por consiguiente, un digno albañil de la Gran Obra Alquímica, que trasmutara este mundo en un lugar mejorado. El masón advierte que el sacerdote que no comprende a Dios cuando éste pretende interferir en cosas del Estado, advierte al filósofo que niega a Dios, advierte al pueblo que ha dejado a Dios para correr fanáticamente en pos de los ídolos del cine, de la televisión, o del deporte. El Masón es aquel que ve iluminadamente, con el corazón turbado pero límpido el ojo, el mal que reina hoy por las ciudades, el castigo que vendrá mañana si las cosas no se corrigen, el reinado feliz que vendrá cuando la humanidad retome el Orden. El Masón es la voz de quien no puede bien hablar, la mano de quien no sabe bien escribir, el liberal defensor del pueblo vejado por el embaucador izquierdista, el abogado de los pobres, el justiciero del humilde que llora bajo los pies del poderoso tirano socialista. No está nunca en el masón en favor de quien tiraniza sino de quien está oprimido; no va aliado con los hartos y los avaros, pero sí con los hambrientos y los miserables. Voz del Masón es a menudo molesta, voz importuna e intempestiva; odiado por los grandes tiranos, mal visto por la chusma desinformada, no siempre comprendido ni aun por los propios masones mal formados. El masón es visto por los fanáticos religiosos como una hiena hambrienta atraída por hedor de las carroñas, como un negro cuervo que grazna siempre el mismo motivo, como un lobo que aúlla de hambre en un negro bosque, para muchos timoratos religiosos y hombres de ciencia mal informados el francmasón recorre los senderos de lo oculto llevando a la zaga la sospecha y la maldición. Solamente los pobres y los oprimidos por la tiranía lo bendicen; pero los pobres son débiles y los oprimidos no saben más que escucharlo en silencio. Como todos los que turban el sueño de los que duermen y alteran la vil tranquilidad de los políticos y religiosos embaucadores, el masón es apartado como un monstruoso reptil y señalado como un enemigo. Los reyes del mundo apenas lo toleran, los sacerdotes lo hostilizan con descalificaciones desde el pulpito, los socialistas lo detestan. El Masón es un acusador, pero los hombres no se confiesan culpables; es un intercesor, pero los ciegos no quieren que el Iluminado les tienda la mano; es un mensajero de la Verdad, pero los sordos no oyen; es un libertador, pero los esclavos moribundos putrefactos gozan de sus grilletes y rehúsan el ser salvados por el liberal. Y, sin embargo, la palabra de los francmasones será un eterno testimonio en favor de este pueblo que los condena, sí, pero que también es capaz de llamar al Libertador cuando este es requerido, pero pasará como con el Libertador el Excelentísimo Francmasón Simón Bolívar que murió olvidado y traicionado, luego sus restos mortales fueron mancillados y deshonrados por un Nefasto Dictador Socialista, al cual no tardó en caer sobre su cabeza esa pesada sombra de una maldición que terminó matándolo , así, la muerte de un masón, que es mucho más que todos los masones, bastará para expiación de los delitos de todos los otros opresores que hociquean el mal oliente cieno del Pantano. Asi, Lo que la Masonería comunica al mundo es la Libertad. Vicente Alcoseri
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