En la Guerra Cristera, resultamos los masones ser los Chivos Expiatorios- Parte #5
Como recordaremos ni el Episcopado mexicano ni el Vaticano no quedaron conformes con los artículos 3,5,27 y 130 de la nueva Constitución de 1917 por lo que empezó posteriormente la tensión entre el clero y los gobiernos de Álvaro Obregón y Plutarco Elías Calles, ya que estos artículos de la Constitución Mexicana hecha al estilo masónico juarista le quitaban privilegios extensos a la Iglesia Católica , que antes del Francmasón Benito Juárez la Iglesia era todo poderosa.
Se preguntarán , para que escribo todo esto, y es que la Iglesia hasta el día de hoy 23 de Octubre de 2019 aún pretende volver a esa época donde al menos en mi País que es México tenía mucho poder , pretende el poder , no le importa hacer alianzas políticas hasta con la perversa izquierda política si fuera necesario para ello. Pero vayamos a la zaga de la guerra cristera una guerra que aún sus heridas no sanan.
Cuando la Iglesia católica deja a sus soldados sin apoyo en México , pero los apoya en España
Sin duda la Iglesia Católica luego del rotundo fracaso en México con esto de la Guerra Cristera, afinó algunos puntos y creó la Guerra Civil Española, ahora en la España no cometerían los mismos errores , y el Clero Político Católico Triunfó durante el Franquismo , colocó el Vaticano en el poder al Generalísimo Francisco Franco, y así por décadas , hasta hoy las repercusiones de ese conflicto viven hasta el día de Hoy, con una España dividida , y debilitada políticamente desde entonces.
En la Guerra Cristera Enrique Gorostieta Velarde, comandante en jefe de los Cristeros, se dirigió a sus tropas con la voz quebrada de tristeza.
" Su Santidad el Papa, a través del más excelente Nuncio Apostólico, ha decidido, por razones desconocidas para nosotros, pero que, como católicos aceptamos, el culto público se reanudará mañana sin cambiar la ley ... “Este fue el arreglo entre el Gobierno Mexicano y el Clero Católico” ...La Iglesia tomó de nosotros lo que es más noble y sagrado en nuestro estandarte en el momento en que la Iglesia declaró que renunciará a lo que obtuvo ... En consecuencia, la Guardia Nacional asume la responsabilidad por ello. Como hombres, tenemos la satisfacción de que nadie puede obtener de nosotros: ¡la Guardia Nacional no desaparece derrotada por sus enemigos, sino abandonada por la Iglesia católica , por el clero católico, aquellos que deberían ser los primeros en recibir el fruto de nuestros sacrificios y abnegación! ¡Salve a Cristo! van a la humillación, al exilio y tal vez a una muerte sin gloria ... con el amor más ferviente lo saludan y lo proclaman una vez más como Rey de nuestro país ".
Seis mil Cristeros obedecieron e inmediatamente fueron masacrados. ¡En tres años, perdieron sólo 5,000 hombres en combate! El episcopado mexicano decretó la excomunión de los sacerdotes cristeros, pero los que no habían sido asesinados durante la guerra ya habían sido martirizados ... Todo estaba perdido.
El nuevo presidente, el abogado masón Emilio Cándido Portes Gil, que fue Presidente de México de 1928 a 1930, , se regocijó ante el fin de la Guerra Cristera , una Guerra unilateralmente declarada contra México por el Clero y unilateralmente decretada terminada por el Clero , algo gracioso por decirlo menos . En la fiesta masónica del ritual de solsticio de verano, el Francmasón Portes Gil reconoció su asombro ante la capitulación incondicional de un ejército cristero victorioso y reconoció como masón el valor de los Cristeros en la lucha armada, agregó el Masón Portes Gil , no por ser yo masón no debo reconocer a los combatientes cristeros que lucharon valientemente del otro bando : " La lucha no comenzó ayer. La lucha del masón llamado Cristo es eterna y no es contra nosotros los masones. La lucha comenzó hace 20 siglos". Y siguió diciendo el Masón Portes Gil pero la mala noticia es que el Vaticano no ha estado del lado correcto.
La masonería, condenada por todos los papas del siglo XVIII (Clemente XII en 1738) hasta finales del siglo XIX (en 1892, Leo XIII equiparó la masonería con el satanismo), se había infiltrado en la Iglesia en los niveles más altos de la jerarquía : pero la influencia masónica hacia dentro del Vaticano es contundente, y más por la acción de los cardenales y papas masones que por ahí desfilaron, desfilan y desfilarán.
Cuando, de 1934 a 1937, se lanzó una nueva Cristiada, Pío XI dejó el episcopado mexicano para excomulgar a los Cristeros y esperó hasta que todos murieron antes de atreverse a escribir (en su Carta al Episcopado mexicano, 1937):
Cuando surge el poder contra la justicia y la verdad, uno no puede ver cómo se puede condenar a los ciudadanos que se unen para defender a la nación y a sí mismos, incluso por el uso de armas contra aquellos que, a través del poder del estado, Planean su infelicidad.
En el mismo año, en Divini Redemptoris, culpó al comunismo de las atrocidades perpetradas contra los cristianos de México ... pero no mencionó la masonería. -
El gobierno mexicano no fue un peón comunista más de la Vaticana Teología de la Liberación como lo fue Fidel Castro más tarde.
Bajo el Gobierno del masón Plutarco Elías Calles, México se convirtió en el primer país del mundo en enfrentar al Vaticano directamente.
Debo recalcar que desde las Logias los masones no maquinamos nada malo, ni pensamos en hacer conspiraciones , ni atentados, ni revoluciones , pero no estamos a salvo en Masonería , de que alguien o algunos se infiltren y pretendan usar a la Masonería para sus fines, pero , para esto , los masones debemos estar siempre alertas, y no permitirlo.
Alcoseri
Agrego como colofón de esta saga el discurso del General Cristero Enrique Gorostita:
DISCURSO DEL GRAL. ENRIQUE GOROSTIETA
Desde el cuartel general de El Triunfo, en el Estado de Jalisco, el Jefe Supremo de la Guardia Nacional, generalísimo Enrique Gorostieta Velarde a los miembros del Comité Directivo de la L.N.D.L.R. (Liga Nacional en Defensa de la Lucha Religiosa). 16 de Mayo de 1929
“Desde que comenzó nuestra lucha, no ha dejado de ocuparse esporádicamente la prensa nacional y aún la extranjera, de posibles arreglos entre el llamado Gobierno y algún miembro señalado del Episcopado Mexicano, para terminar el problema religioso.
Siempre que esta noticia ha aparecido, han sentido los hombres en lucha que un escalofrío de muerte los invade, peor, mil veces peor que todas las amarguras que han debido apurar. Cada vez que la prensa nos dice de un Obispo posible parlamentario con el callismo, sentimos como una bofetada en pleno rostro, tanto más dolorosa cuanto que viene de quien podíamos esperar un consuelo, una palabra de aliento en nuestra lucha; aliento y consuelo que con una honorabilísima excepción de nadie hemos recibido.
Estas noticias que de manera tan irregular ha dado la prensa y las que nunca han sido desmentidas de manera oficial por nuestros Obispos, siempre han sido de fatales consecuencias para nosotros; los que dirigimos en el campo siempre hemos podido notar que a raíz de una de ellas se suspende el crecimiento de nuestra organización y para volver a obtenerlo hemos debido hacer grandes esfuerzos.
Siempre han sido estas noticias como duchazos de agua helada a nuestro cálido entusiasmo.
Una vez más, en los momentos en que el déspota regresa chorreando sangre, después de dominar por malas artes (oro y apoyo extranjero) a un grupo de sus mismos corifeos que le fueron infidentes; ahora ante el fracaso de los sublevados del Norte, la Nación tiembla de pavor ante la perspectiva del desenfreno del tirano; ahora que este pavor se comunica hasta a diversos grupos nuestros; ahora que los que dirigimos en el campo necesitamos hacer un esfuerzo casi sobrehumano para evitar que ese desaliento contamine a los que luchan; en los momentos precisos en que más necesitamos de un apoyo moral por parte de las fuerzas directoras, de manera especial de las espirituales, vuelve la prensa a esparcir el rumor de las posibles pláticas entre el actual Presidente y el Sr. Arzobispo Ruiz y Flores, pláticas que tienden a solucionar el conflicto religioso y rumor que toma cuerpo con las ambiguas, hipócritas y torpes declaraciones de Portes Gil hechas en Puebla el día cinco del presente.
No sé lo que haya de cierto en el asunto, pero como la Guardia Nacional es institución interesada en él, quiero de una vez por todas y por el digno conducto de ustedes exponer la manera de sentir de los que luchamos en el campo, a fin de que llegue a conocimiento del Episcopado Mexicano y a fin también de que sean ustedes servidos en tomar las providencias que sean necesarias para que llegando hasta Roma obtengamos de nuestro Santo Vicario un remedio a nuestros males… La Guardia Nacional es el pueblo mismo; es la Institución que en el pasado y en el presente de esta lucha se ha hecho solidaria de la ofensa inferida al pueblo mexicano, en un tiempo indefenso, por mexicanos traidores; la Guardia es el contrincante natural de todo lo que en México hay de indigno y espurio. La Guardia tiene ya algunas armas y son éstas la única seguridad que tenemos de vivir en un relativo ambiente de justicia.
Si se nos objetara que la fuerza material con que contamos no es de tomarse en consideración, podemos desmentir tal dicho con sólo hacer notar que es nuestra actitud la que provoca el intento del tirano para solucionar el conflicto. Esto está en la conciencia de todos. Pero aún hay más: nuestra fuerza está constituida por un pequeño ejército, pobre en armas, riquísimo en virtudes militares, que lucha cada día con más éxito por libertarse de una jauría rabiosa que los esclavizaba; por un pueblo entero que está decidido a conquistar todas las libertades y que tiene puestos sus ojos no en la promesa banal que puede hacerse al Episcopado, sino en la obligada transacción a que tiene que someterse el grupo que ahora nos tiraniza.
Lo que nos hace falta en fuerza material no le pedimos al Episcopado, lo obtendremos de nuestro esfuerzo; sí pedimos al Episcopado fuerza moral que nos haría omnipotentes y está en nuestras manos dársela, con sólo unificar su criterio y orientar a nuestro pueblo para que cumpla con su deber aconsejándole una actitud digna y viril, propia de cristianos y no de esclavos… Que los señores Obispos tengan paciencia, que no se desesperen, que día llegará en que podamos con orgullo llamarlos en unión de nuestros sacerdotes a que vengan entre nosotros a desarrollar su Sagrada Misión, entonces sí en un país de libres. ¡Todo un ejército de muertos nos manda obrar así!”
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